Los sevillanos ofrecen entretenimiento sin regularidad.
Dos semanas atrás, quince días antes de este preciso momento, el Real Betis buscaba entrenador.
La delicada situación económica que atraviesan los andaluces, así como otros tantos clubes europeos,
frenó dicha búsqueda dando la segunda oportunidad al madrileño Pepe Mel, y quien sabe si la última.
Tras un comienzo arrollador (12 puntos logrados sobre 12 posibles) y ganando en San Mamés con una
autoridad absoluta, dejando esos primeros 45 minutos imborrables para la memoria, los de la Palmera
regresaban a la gran escena por todo lo alto: Victorias, buen juego y su nombre en boca de todos.
No duró demasiado la alegría, y lo que parecía un simple tropiezo en Getafe a finales de Septiembre,
se fué convirtiendo semana a semana en un verdadero calvario. Nueve partidos vinieron después sin
reencontrarse con la victoria. La suerte, esta vez, estaba siendo esquiva; había huído por donde vino.
Era la jornada 14 y los verdiblancos habían pasado de ser héroes a villanos. Un punto sobre veintisiete
hacían preveer que la credibilidad del técnico finalizaba para la directiva. Y entonces, volvió el ascensor.
Aquellos quince días atrás de los que hablábamos al comienzo se remontan al partido contra la Real.
Los verdiblancos perdían 0-2 a diez minutos del final, y tras igualar el marcador terminaron derrotados
por una genialidad de Íñigo Martínez en el descuento. ¿Poca suerte? Podríamos decir que sí, aunque
lo cierto es que el Betis siempre supo buscarla, nunca se sentó a esperar que le regalaran nada.
Esa misma noche se daba por hecho el cese de Mel. Se especulaba con nombres de posibles sustitutos
como si de una quiniela se tratase. Míchel y El boquerón Esteban Vigo eran los mejores situados...
Pero es 2011. La crisis monetaria aprieta a muchos y ahoga a otros tantos. Es el caso del Betis.
Podríamos decir casi a ciencia exacta que este fué el motivo de más peso para la permanencia de Mel
en el banquillo. No es cuestionable el afecto de la afición y el apoyo cuantioso por parte de la junta,
pero la razón de las razones fué ahorrar. La parte buena es que ahorraron con ciertas garantías.
El madrileño asegura competir. Con mejor o peor plantilla su propuesta de juego atrae. No es casualidad
que a comienzo de temporada y durante varias jornadas liderara la Liga. Liga, que dicho sea de paso,
puede ser cosa de Barça y Madrid pero siempre agradece ver equipos alegres, entregados, arriesgados.
Con este panorama viajaba el Betis a Navarra. A visitar, quizás, uno de los estadios más incómodos.
Los de Mendilíbar hacen un fortín de su campo y en eso basan su estabilidad en Primera cada año.
Pues bien, el gol de Rubén Castro poco valor tuvo. En la segunda mitad las ocasiones fueron incontables,
pero el balón no entró más que una vez y de nuevo se perdió el partido en el último minuto.
El asunto estaba pasando de negro a negro obscuro. Bajando y bajando en la tabla. Perdiendo confianza.
Había que seguir intentándolo aunque los puntos se escondieran y recibir al Valencia era un aliciente.
La lectura podía ser positiva: Ganar a un equipo puntero significa recuperar fé. La parte mala, los de
Emery venían resignados de caer en Champions, y además, se adelantaron con autogol de Dorado.
No había que dejar de luchar pero en el minuto 90 la mala racha amenazaba con no desaparecer,
y entonces, algo empujó al equipo y a la suerte en la misma dirección. Otra vez. Diez jornadas después.
Trianguló Iriney para la llegada de Juanma, y éste la puso milimétricamente en la cabeza de Castro.
Enloqueció el Villamarín, pero no sabían, aún, que el dichoso destino sí se acordaría de ellos este sábado.
Manejaba de nuevo Juanma por el centro del campo, y viendo el desmarque preciso de Rubén le mandó
el balón medido al hueco. Funcionó de nuevo la conexión letal entre el extremeño y el canario.
Ahora sí el templo del beticismo explotó soltando toda esa adrenalina acumulada durante meses. Por fín.
Quedan jornadas por delante. Suficientes para que la valentía de este equipo obtenga recompensa.
No sería justo un cambio de entrenador, pues parece que nadie conoce mejor a esta plantilla que Mel,
y a pesar de los altibajos sigue sin renunciar a su idea: Ataque, toque, pausa y entretenimiento.
Quizás emplee esquemas muy arriesgados para los tiempos que corren, pero pregunto: ¿Acaso eso no
es bonito para el espectador? ¿No forma parte del juego intentar hacerlo atractivo? Debería ser así.
Veremos si evita el descenso, si termina los 38 partidos de competición. Veremos si el Betis suma su
segundo año consecutivo en Liga BBVA. Con el rostro del ascenso en el mismo banquillo. Veremos...
A ver si espabila Beñat !
ResponderEliminar¡Castro es la clave del Betis! Si esta acertado el Betis remontara
ResponderEliminaresta bastante bien chaval,pero te has equivocado en un par de cosillas...ni juanma es canterano del Betis ni es sevillano...pero bueno no sta mal la noticia =)
ResponderEliminarpd:amigo del moti xD
Te lo agradezco, chaval.
ResponderEliminarSe agradece tu visita al blog solo espero que no sea la última. Un saludo.